IMPERIO DE MAXIMILIANO DE HABSBURGO
Maximiliano nació en
1832 en el Palacio de Shoenbrün (cerca de Viena). Hijo de los Archiduques
Francisco Carlos y Sofía, hermano de
Francisco José, Emperador de Austria-Hungría. Estudió la carrera naval, ya
terminada su carrera realizó numerosos viajes por el mediterráneo; exploró el
norte de África y la costa de Brasil.
Se
casó con Carlota, la hija del rey Leopoldo de Bélgica, y su hermano Francisco
Fernando lo nombró gobernador del reino Lombardo-Véneto.
Las ambiciones imperialistas de Napoleón III, emperador de Francia, lo llevaron a intervenir en la política de México.
Las ambiciones imperialistas de Napoleón III, emperador de Francia, lo llevaron a intervenir en la política de México.
En México acababa de terminar la Guerra de Reforma o Guerra de los Tres
años, durante la cual se enfrentaron dos fuerzas políticas de México: los liberales
que estaban a favor de la legalidad de la Constitución hecha
en 1857 y los conservadores en contra de la Constitución. En cuestiones de
política interna el país se debatía en medio de graves problemas, ya que no
había tenido un momento de paz y se hundía en el caos. El poder temporal,
material, económico y político de la Iglesia ha estado por encima del poder del
Estado. En la guerra de liberales contra conservadores resultó vencedor el ejército
liberal poniendo como presidente de la República a Benito Juárez.
En los años 50 del siglo pasado y los años posteriores, el imperialismo
se deja sentir con gran intensidad. Inglaterra, Francia, Rusia, Alemania,
Estados Unidos, Italia, tienen una poderosa presencia militar, económica y
diplomática en todo el mundo. En el caso de México, esto se manifiesta en la
guerra de Texas, la primera guerra contra Francia, la guerra contra Estados
Unidos y la Intervención Francesa y un Imperio.
En los primeros días de 1861, el presidente Juárez se reelige. Como
consecuencia de ello se inconforman Melchor Ocampo y Jesús González y se
separan del centro del poder.
El presidente Juárez responde a la actitud desafiante de la Iglesia
expulsando al Nuncio Apostólico Luis Clementi y también a los diplomáticos que
se entrometen en los asuntos del país, como Francisco Pacheco, embajador de
España en México, Felipe Neri, ministro de Guatemala, y Pelagio Antonio
Labastida y Dávalos, arzobispo de México.
En 1861 el país pierde a cuatro liberales distinguidos, Miguel Lerdo de
Tejada, Melchor Ocampo, Santos Degollado y Leandro Valle, los tres últimos
fueron asesinados por los conservadores.
El 17 de julio el gobierno juarista decide suspender durante dos años el
pago de la deuda pública debido a que la crisis económica es aguda y el Estado
no tiene posibilidades para solventar los compromisos contraídos. Esta
disposición afecta los intereses de España, Inglaterra y Francia, países con
los que México tenía adeudos pendientes.
Juárez al suprimir la deuda externa a Inglaterra, Francia y España;
estos países mandaron a sus ejércitos a ver si conseguían el pago de la deuda
aunque fuese a la fuerza, pero los ingleses y españoles partieron de México sin
obtener nada, en cambio los franceses se quedaron a luchar ya que Napoleón III
tenía planes de expandir el Imperio Francés; así el ejercito francés apoyado
por los conservadores protagonizó una serie de batallas en contra de los
liberales. En el ámbito externo es posible observar el imperialismo en acción.
Los países industrializados buscan por todos los
medios mercados que les
provean de materias primas o de consumidores para sus productos finales.
El destierro de los personajes mencionados y la suspensión de pagos
provocan escándalo en Europa, y se hacen circular indicios de una próxima
intervención en México para hacer que en este país se establezca el orden
El Estado mexicano no había podido organizar ni la economía ni las
finanzas del país. En el ámbito agrario, la producción agropecuaria seguía
siendo insuficiente, la industria y el comercio continuaban desorganizados y,
en consecuencia, las arcas de la Nación estaban vacías, así que la hacienda
pública carecía de los recursos para solventar sus deudas internas y externas y
sus gastos. En resumen, era un Estado pobre con una clase baja en la miseria,
que contrastaba con una alta sociedad en la opulencia. Era, en fin, una
situación muy semejante a la actual.
Los conservadores, aunque vencidos, continúan en actitud de rebeldía
atacando poblaciones. Miguel Miramón y Leonardo Márquez con el lema Religión y fueros incitan al pueblo a unirse a su causa.
Luego
los conservadores fueron a Francia e hicieron tratos con Napoleón ofreciéndole
el trono de México, este decide mandar a Maximiliano a ocupar el trono en
México y formar el Imperio Mexicano, así en su castillo de Miramar (frente al
Mar Adriático) aceptó el ofrecimiento creyendo que contaba con el apoyo del
pueblo, para esto tuvo que renunciar a la corona de Austria y firmar los
tratados de Miramar con Napoleón III en los cuales éste se comprometía a
mantener las tropas francesas en territorio mexicano durante 6 años. Para esto
México pagaría setenta millones por concepto de gastos de guerra y además un
préstamo de más de setenta y seis millones con un rédito anual del tres por
ciento.
Tiempo atrás en Inglaterra se habían hecho planes para establecer en
México una monarquía, pero nunca se puso en marcha este proyecto.
No así en Francia, gobernada por Luis Napoleón Bonaparte, más conocido
por Napoleón III, quien es sobrino del gran corso Napoleón Bonaparte y quien
aspiraba a imitar las glorias de su tío. Napoleón III se dio a la tarea de
crear un imperio en México y para ello contó con los oficios y servicios de
José Manuel Hidalgo, José María Gutiérrez Estrada, Juan Nepomuceno AImonte,
hijo natural de Morelos, Teodosio Lares y otros conservadores más.
El tiempo es propicio para dar cumplimiento a estos planes. En Estados
Unidos se había iniciado un conflicto interno, la Guerra de Secesión, y por
tanto ese país no podía intervenir en contra de estos proyectos. Es así como
las tres potencias molestas con la política de Juárez se disponen a unir sus
fuerzas para presentar sus reclamaciones contra México.
El 31 de octubre de 1861, la reina Victoria de Inglaterra, Isabel II de
España y Napoleón III, emperador de los franceses, firman un convenio que es
conocido como la Convención de Londres.
En Inglaterra se había preparado un ambiente favorable a la intervención
con el argumento de que México había entregado a España rentas por varios
millones de dólares, y por esa razón ahora era un país insolvente en el que la
anarquía había hecho ascender la deuda a $200 000 000.00 de pesos y sólo se
podría salvar con una intervención extranjera.
Presionado por los acreedores, el gobierno de Juárez levanta el decreto
de suspensión de pagos y declara que buscará arreglos con esos países, pero aún
así las tres potencias se disponen a enviar sus fuerzas armadas.
Francia reclama el pago de $57 000 000.00 de pesos. Inglaterra reclama
la cantidad de $70 000 000.00 de pesos, y España $ 9 500 000.00 pesos; en total
a México se le reclamaban $163 500 000.00 pesos.
Inglaterra envía como su representante a Charles Wycke, Francia al conde
Dubois de Saligny, y España al general Juan Prim, conde de Reus, marqués de los
Castillejos.
El 8 de diciembre de 1861 llega a Veracruz la flota española, y en los
primeros días de 1862 la de Inglaterra y la de Francia. El general Prim es
designado comandante de las fuerzas intervencionistas. Por parte de Inglaterra
más tarde llega Hugh Dunlop, y por Francia Jurien de la Graviere.
El 10 de enero de 1862 las fuerzas extranjeras lanzan una proclama al
pueblo mexicano expresando que no llegan en son de conquista, sino para cobrar
las deudas y brindar ayuda al pueblo.
Entre el 10 y el 13 de enero, se envían notas y además un ultimátum al
gobierno de Juárez exigiendo el pago de las deudas, notificando que la armada
francesa ocuparía los puertos para garantizar los pagos. España, por su parte,
requiere el cumplimiento del tratado Mon-Almonte. El gobierno mexicano rechaza
todas estas exigencias.
Y previendo una agresión contra el país, el 25 de enero de 1862 se
expide una ley en la que se declara que incurre en la pena de muerte quien
apoye o favorezca la intervención, pues esto se considerará como un delito
contra la independencia y soberanía del país, y por tanto, en el caso de que
algún mexicano la apoye, incurrirá en el delito de traición a la patria.
Juárez, al enterarse de que los conservadores fraguaban la creación de
una monarquía con el apoyo de estas potencias extranjeras, decreta esta ley. Y
así, por la vía legal, se prepara para hacer frente a esta agresión.
En lo que se refiere a las reclamaciones monetarias, Juárez se dispone a
negociar las que sean justas, para ello designa como su representante al
general Manuel Doblado.
El 19 de febrero de 1862 se realiza una serie de convenios que son
conocidos como Los Convenios Preliminares de la Soledad. En ellos se reconoce
al gobierno de Juárez como legítimo, y que México tiene la fuerza suficiente
para sofocar sin ayuda toda rebelión. Los aliados presentan sus reclamaciones a
nombre de sus países, declarando que no intentan socavar la soberanía e
independencia de México, y acuerdan hacer negociaciones en Orizaba, donde
concurrirán los representantes del gobierno mexicano. Durante las negociaciones
los ejércitos de las potencias ocuparán Córdoba, Orizaba y Tehuacán. Los
aliados tendrán el paso libre a las fortificaciones en poder del ejército
mexicano. Y si por desgracia se rompían las negociaciones, las fuerzas
extranjeras desocuparán las poblaciones citadas y retrocederán hacia las
fortificaciones en camino a Veracruz. Los hospitales de los aliados estarán al
cuidado del gobierno mexicano. Y la bandera nacional será enarbolada tanto en
el puerto de Veracruz como en San Juan de ülúa.
España e Inglaterra aprueban casi todas las cláusulas de los Convenios
de la Soledad, no así los representantes de Francia, que inclusive desconocen
al gobierno de Juárez.
Más tarde hacen su arribo, Almonte, Antonio Haro y Tamariz y otros
conservadores amparados por el ejército francés. Juárez requiere el destierro
de éstos y ante este reclamo se inician las hostilidades con los franceses. El
general Prim y Wycke no apoyan a la representación francesa y se disponen a
romper con la Triple Alianza y, a fines de abril de 1862, se reembarcan a sus
países de origen.
A fines de marzo de 1862, Francia había enviado una mayor cantidad de
efectivos al mando del general Laurencez, quien sustituye a Jurien de la
Graviere, pues éste había sido acusado de cometer falta al firmar los Convenios
de la Soledad
Antes de emprender el estudio de los sucesos y el proceso de la
Intervención Francesa en México, conviene tener en consideración lo siguiente.
Entre Francia e Inglaterra había intereses que aparentemente eran comunes.
Veamos. Francia observa con alegría los acontecimientos que ocurrían en Estados
Unidos. Este país estaba envuelto en un peligroso conflicto interno, la Guerra
de Secesión, la cual podía traer como consecuencia su desmoronamiento. Y esta
posibilidad facilitaba sus planes para implantar en México una monarquía
encabezada por Maximiliano de Habsburgo. Napoleón III, en octubre de 1861, hizo
saber este plan al gobierno inglés que al principio secundó el proyecto, pues
Inglaterra deseaba el derrocamiento del gobierno de Juárez. Por tanto, es
posible deducir que los ingleses sabían de antemano los planes de Napoleón III.
Inglaterra, por otra parte, planea su estrategia, pero en otro sentido y
de acuerdo con sus intereses. Así, los ingleses advierten que Francia se va a
involucrar en los asuntos internos de México y esta intromisión va a
debilitarla, porque la guerra va a ser prolongada. De esa manera Inglaterra va
a tener libertad para ampliar su presencia tanto en Asia como en
Europa.
En el aspecto financiero, los ingleses dan por hecho que el imperio
mexicano va a satisfacer las exigencias de los acreedores pagando las deudas
contraídas, pues estaban seguros de que no se atreverían a desafiar los
intereses británicos.
Al ocurrir lo anterior, Francia quedaría sola enfrascada en su conflicto
con México, e Inglaterra obtendría importantes beneficios con el sacrificio
ajeno, es decir, de los franceses.
España observa que un príncipe oriundo de su país nunca tendría éxito en
México, y Napoleón III no estaría dispuesto a tolerarlo, así que tiene que
ceder y aceptar al emperador propuesto por los franceses.
En el ámbito político Maximiliano se había comprometido con Napoleón III
a aplicar una política de corte liberal, así que aplica las leyes reformistas
entre ellas la desamortización de los bienes del clero y la libertad de cultos.
Los conservadores se inconforman y Maximiliano rompe sus nexos con ellos, los
excluye de su corte y llama a su lado a los liberales moderados para que apoyen
a su gobierno, entre ellos a José Fernando Ramírez, escritor e historiador, y
al poeta Juan de Dios Peza.
La política de Maximiliano provoca las protestas del Vaticano y el clero
local, y para someterlos el emperador planea atacar sus intereses.
Personalmente reprende a los prelados por no cumplir con su deber. El clero
protesta y Maximiliano radicaliza aún más su posición. Presenta ante el Nuncio
Apostólico su proyecto de Concordato en el que establece: La libertad de
cultos, el que la Iglesia sea controlada y pase a manos del Estado, que los
servicios religiosos sean gratuitos, que el Patronato Regio declare medidas
para evitar los abusos del clero, para lo que el emperador y el Papa dictaron
medidas, que se hicieran efectivas: el registro civil, que los cementerios
fueran secularizados, y que el fuero eclesiástico fuera suprimido.
El clero replica y exige un cambio en la política, exige que continúe
vigente la intolerancia religiosa, que se restablezcan las órdenes monásticas,
que la enseñanza pública y privada estén bajo la tutela de la Iglesia, y que la
autoridad civil no tenga influencia en asuntos eclesiásticos. Maximiliano no
cede ante estos requerimientos y se rompen las relaciones entre la Santa Sede y
el Imperio.
En lo concerniente a las relaciones con el ejército, el emperador tiene
dificultades con el mariscal Aquiles Bazaine, a quien disputa el mando del
ejército, pues no hay que olvidar que toda la responsabilidad militar estaba
bajo el control de Francia. Sin embargo, las armas Francesas nunca pueden estar
en paz porque la resistencia republicana en forma constante causa bajas a los
invasores, ya que a base de guerra de guerrillas no dan un momento de reposo ni
de tregua. Para acabar con esta situación, el 5 de octubre de 1865, Maximiliano
decreta que todos los republicanos que ataquen a las fuerzas del imperio serán
fusilados como forajidos pues, según Bazaine, el gobierno de Juárez había
desaparecido y ya no había causa legal que defender.
En lo que toca a la economía y a las finanzas del imperio, Napoleón III
dispone que los consejeros franceses se hagan cargo de la conducción de las
finanzas, y se exige a Maximiliano que reduzca sus gastos, pues Francia debe
tener beneficios y no únicamente gastos.
En lo que corresponde a la política exterior, a partir de 1865
Maximiliano y Napoleón III reciben amenazas del gobierno de Estados Unidos,
país que hasta entonces guardaba silencio y esperaba, debido a que durante
cinco años había sufrido en su territorio una Guerra Civil o de Secesión que
concluía ese año, por tanto interviene enseguida enviando soldados a la
frontera y navios de guerra a las costas mexicanas en clara actitud de desafío
contra el Imperio.
El emperador hace planes para recibir colonos del sur de Estados Unidos
y con ello fundar poblaciones esclavistas en México.
Napoleón III empieza a ser presionado por los graves incidentes que se
producen en Europa y que ponen en peligro la seguridad de Francia. En su
frontera con el Rin, Rusia es una verdadera amenaza, ya que en 1866 derrota a
Austria en la batalla de Sadowa y así el poderío prusiano se deja sentir en el
mapa europeo. Y en América, los Estados Unidos empiezan a amagar al
Imperio.Napoleón III no tiene alternativa y decide retirar a sus ejércitos de
suelo mexicano.
Maximiliano,
llegó a Veracruz el 28 de mayo de 1864 con una numerosa comitiva. El 12 de
junio, inició su gobierno. Sus primeras acciones fueron: reorganizar la
Academia de San Carlos, fundó los Museos de Historia Natural y de Arqueología,
y la Academia Imperial de Ciencias Literatura. Decretó la religión católica
como la oficial del Imperio, pero mantuvo los principios de la reforma liberal:
alejó al clero del gobierno, dispuso que los servicios religiosos fueran
gratuitos, y que toda correspondencia con Roma pasara por la censura del
gobierno antes de ser entregada.
. Cada vez estaba más cerca el fin del
Imperio de Maximiliano. Al terminar la guerra civil en Estados Unidos, este
país intervino y pidió a Napoleón III que retirara a sus tropas del territorio
mexicano.
Por si esto fuera poco, Prusia declaró la guerra a Francia y los franceses tuvieron que irse de México para defender su propio territorio.
Maximiliano entonces se quedó sin el apoyo francés y los liberales pudieron derrotarlo luego de varias batallas dirigidas por los generales Porfirio Díaz, Mariano Escobedo y Ramón Corona.
Éstos dos últimos sitiaron a Maximiliano en Querétaro, en donde fue fusilado en 1867 junto con los generales mexicanos Tomás Mejía y Miguel Miramón que lo habían apoyado hasta el final de su gobierno. Con este hecho terminó el Segundo Imperio Mexicano: los conservadores fueron vencidos y los liberales recuperaron el poder.
Por si esto fuera poco, Prusia declaró la guerra a Francia y los franceses tuvieron que irse de México para defender su propio territorio.
Maximiliano entonces se quedó sin el apoyo francés y los liberales pudieron derrotarlo luego de varias batallas dirigidas por los generales Porfirio Díaz, Mariano Escobedo y Ramón Corona.
Éstos dos últimos sitiaron a Maximiliano en Querétaro, en donde fue fusilado en 1867 junto con los generales mexicanos Tomás Mejía y Miguel Miramón que lo habían apoyado hasta el final de su gobierno. Con este hecho terminó el Segundo Imperio Mexicano: los conservadores fueron vencidos y los liberales recuperaron el poder.
Sucesos importantes
Entre los hechos importantes destacan los problemas de Maximiliano con
los conservadores, y el final de la Guerra de Secesión en Estados Unidos y su
postura ante la Intervención y el Imperio, de manera que amenaza recordándoles
la Doctrina Monroe.
También la victoria prusiana a costa de Austria y el hecho de que una
nueva potencia en Europa está latente.
El hecho de que Napoleón III ordena el retiro de sus fuerzas, olvidando
sus compromisos con el Imperio. Ante esta actitud del gobierno francés
Maximiliano piensa en abdicar, pero su madre y Almonte lo obligan a permanecer
en México.
Ahora Maximiliano debe de organizar a su Imperio, sin el apoyo de
Francia, que empieza a retirar a sus hombres.
Carlota viaja a París y exige a Napoleón III que cumpla con los
compromisos firmados en Miramar, y éste se niega a ello. Pío IX da la espalda a
Carlota y ella enloquece.
Maximiliano no tiene alternativa, o regresa a Europa o recibe a su lado
a los conservadores: Tomás Mejía, Miguel Miramón y Leonardo Márquez. Mientras
el ejército francés abandona suelo mexicano.
El gobierno de Juárez retorna y ocupa Zacatecas. Las armas de la
República derrotan a los imperialistas en Miahuatlán y la Carbonera y se
dirigen a Puebla.
Maximiliano y sus conservadores se refugian en Querétaro, en marzo de
1867. Los republicanos inician el sitio a ese lugar. Mariano Escobedo y Ramón
Corona circundan la ciudad.
Los conservadores que se entrevistaron con Maximiliano de
Habsburgo lo convencieron de que todos los mexicanos deseaban que un emperador
extranjero los gobernara y de que, por lo tanto, debía venir a México lo antes
posible.
Antes de su viaje, Maximiliano de Habsburgo firmó los Convenios de Miramar.
Antes de su viaje, Maximiliano de Habsburgo firmó los Convenios de Miramar.
En ellos aceptó que México pagara a Francia todo lo que
le debía y también lo que había gastado para enviar y mantener a su ejército
aquí. Era una suma enorme: 260 millones de francos. Además, aseguraba que los
comerciantes franceses tendrían facilidades para vender sus productos en
nuestro país.
A su vez, Napoleón III prometió que el ejército francés permanecería en México seis años para proteger a Maximiliano.
A su vez, Napoleón III prometió que el ejército francés permanecería en México seis años para proteger a Maximiliano.
En 1864 Maximiliano llegó a México acompañado de su
esposa, la princesa belga Carlota Amalia. Los monarcas comenzaron a vivir en el
Castillo de Chapultepec. De inmediato
Maximiliano se percató de que los conservadores lo habían engañado pues muy
pocos mexicanos querían ser gobernados por un monarca extranjero, pero ya era
muy tarde para dar marcha atrás.
Maximiliano comenzó a tener problemas con los
conservadores que lo habían traído a México porque tenía ideas liberales y
pensaba que la mayoría de los mexicanos estaban de acuerdo con él. Con la idea
de ayudar al progreso de México, Maximiliano retomó algunas de las leyes que
los liberales habían hecho años atrás e impulsó cambios que no agradaron a los
conservadores:
·
Decretó la tolerancia de cultos para que las
personas pudieran elegir libremente su religión.
·
Nacionalizó los bienes eclesiásticos para que
las propiedades de la Iglesia pasaran a ser del gobierno.
·
Creó el Registro Civil para llevar un control
más exacto de los nacimientos, matrimonios y muertes.
·
Hizo leyes sobre el divorcio.
·
Expidió leyes sobre las condiciones de
trabajo, los salarios y las pensiones.
·
Estableció que en México se usara el sistema
decimal de pesas y medidas.
Aunque estas leyes no llegaron a ponerse en
práctica, Maximiliano perdió el apoyo de la Iglesia y de muchos conservadores.
Tampoco contaba con la simpatía de los liberales que deseaban el regreso de
Benito Juárez a la presidencia de México y continuaban combatiendo a los
invasores europeos en diferentes lugares del país.